Si bien la tendencia de los diferentes programas de análisis cualitativo es a integrar diferentes fuentes de datos (texto, imágenes, audio y multimedia), cada uno de ellos tiene una historia que le ha marcado en sus puntos fuertes y débiles. En el caso del programa de análisis cualitativo Transana está, desde sus inicios, orientado al trabajo con datos audio-visuales. El interface nos da una buena muestra de ello, como podemos ver, dividido en cuatro áreas: imagen, onda sonora, transcripciones y estructura de análisis.
La estructura de segmentación y análisis permite combinar diferentes estrategias de transcripción, anotación y codificación del material audio-visual, búsquedas que nos dan acceso a los puntos de material grabado más significativos. Dado que está desde sus inicios orientado al trabajo con material de observaciones audio-visuales, las segmentaciones y codificaciones se realizan teniendo en cuenta la secuencia temporal.
Las codificaciones que realicemos tanto en los episodios audio-visuales como en sus transcripciones pueden ser visualizadas de manera gráfica como se distribuyen en la línea del tiempo. Por otro lado podemos trabajar con varias transcripciones sincronizadas de una misma escena audio-visual.
Otra característica que nos hace preferirlo para trabajar, en un primer momento, de investigación cualitativa con material audio-visual, son las facilidades para exportar los clips que han sido codificados y ordenados en Colecciones de clips.
De esta manera, podemos identificar y crear automáticamente segmentos de la observación audio-visual que nos parecen especialmente relevantes, y en su caso, poderlos analizar con otras herramientas de microanálisis como ELAN.
ELAN es una herramienta mucho más especializada para anotar los diferentes planos de la comunicación (gestual, paralinguístico y verbal) y que nos va a servir para profundizar en una anotación y análisis posterior (especialmente con su integración con el programa Hoisan).